hay que leer juntos los trópicos. De arriba a abajo, caminando como en una cuerda floja;jugando a que alguien
que no debe
nos espía con ojos punzantes de sangre.
Nos ve por partes.
te propondría que nos riéramos de todos, pero alguna vez me dijiste que eso no te gustaba. pero igual lo hacés a escondidas mío.
Somos perlas negras, una carcajada del mar.Hay que reirnos del mundo que quedó debajo de nosotros; de lo pequeño que se ve el mundo desde acá arriba, en la cuerda del trópico.
Y el sexo, ácido como un limón verde, efervecente como las vitaminas o una televisión sin programación alguna, va a llegar de a poco. El sexo de a poco. La acción de caballos tan negros como un verano incinerado por el calor del magma en a la altura del techo de mi cuarto, sobre mi cama, desordenada. El sexo como el magma sobre mi cama desordenada. Va a llegar. De a poco.
Hay que hacer que algo perdure: tal vez una quietud y una intimidad. Hay que jugar a que puede quedar eso todavía.
Vamos, ríamosnos de los límites como niños grandes, o como grandes que saben que pueden ser niños cuando se esconden, y que la invisibilidad depende, únicamente, de la altura del trópico flojo, de lo oculto que se puede estar de la realidad que no perdona, del mundo geométrico que acusa con un dedo de agua. Veo, entonces, una tormenta que cae sobre nuestros cuerpos semidesnudos insomnes en la ventana, perlas negras que ríen, que expulsan el humo de alguna certeza muda. En silencio. Una tormenta en la ventana y nosotros en el límite, en el umbral del adentro y el afuera, del norte y del sur, de la ventana, del hervor, de la complacencia y la sinceridad de la pose, del trópico, de uno de nuestros lados asimétricos del cuerpo... Tus dibujos y mis marcas del descuido infantil: la asimetría en el umbral que queda desordenada fumando en la ventana, recibe la tormenta, pero hay que seguir con la risa, cerrar los ojos, sacar la lengua para tomar el agua y saber al tomarla, esperar con la garganta latiendo como la de un sapo con miedo, qe no sólo pude venir el agua fresca. Puede venir un rayo que nos incinere también. y nuestra piel que puede ser dorada según la época del año, puede para siempre quede negra. Negra para siempre. Como el caballo rebelde, incinerado por el magma en mi cama desordenada.
Pero eso sería lo peor y lo que en realidad sucede es que yo no dejo de pensar en lo mejor y se me llena la boca de jugo de durazno, frío como un poco de polo. Y se me llenan de recuerdo los dientes sensibles y vuelve eso, vuelve la risa que nos compete y terminamos riendo con los dientes doloridos. Hay que sacarnos el dolor con el calor de nuestras lenguas. Una barrida escepcional, unas salivas similares que gotean tibias por las puntas de dos lenguas similares que se rien similar, que sonrien nada más porque ya les duelen los dientes, a les lenguas, les duelen los dientes similares, y moquean los ojos similares. Eso es lo más similar: el pedido abstrracto que enuncian los ojos.Pedazos de almendras vivas.
No falta la música. Puede ser muy vieja y venir de lejos. Se comparte. Hay que reirnos de la música de antaño, del placer que se siente en las articulaciones cuando llega oxidada a los oídos. Hay que hacer todo lo que podamos en este mundo,gastarlo, caballero. Yo puedo tenderte mi mano, como una damicela, levantar mi vestido de perlas con la punta de mis dedos similares, levantarlo con la misma fuerza con la que levanta usted mi pelo para besarme el cuello con unos labios similares. Puedo bajar la escalera lentamente,siguiéndonos el ritomo, así, de su mano, con el vestido levantado, hasta el mismísimo infierno o hasta el sótano de su casa o hasta el sótano de la mía, para que nadie nos vea. Nisiquiera nosotros mismos. Húmedos en la oscuridad.
Yo acá lo espero, caballero, perla similar,de caballo negro. Acá, sentadita con las piernas cruzadas y la pera sobre las marcas lineales del destino en mis manos. Usted venga lo más prnto que pueda, que hay que hacer eso y mucho más.
aunque alguna mañana me dijiste que no creías en el destino ni en nada de esas cosas. yo me miro la mano, y le miro a usted todo el ceder del alma transformado en sonrisa y no puedo pensar en otras cosas. aunque usted se burle de las nubes en mis ojos y del destino en las rajaduras de mi mano.
a mi no me importa
yo prefiero que usted se ría de mí a que no entienda porqué a veces prefiero no decir nada.
jueves, 31 de marzo de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Datos personales

- Rosario tijeras
- me gusta mucho el chocolate, desperezarme, estornudar, odio la batata, me marean los videos caseros, me gusta cerrar los ojos, me gusta la villavicencio más que las otras aguas minerales, el olor a humedad,la luz de los veladores, las manos , me gusta marihuana, me gustas tu,las manos huesudas, yollotl, las hilachas, la cuadra con sol, mi dedo pochi,desperezarme denuevo, el principio de las canciones, el ruido de las chicharras, el del afilador, los escalosfríos, yollotl, el corazón del alcaucil, nosotros juntos, el hilo, leer, las cinco de la tarde, me gusta desayunar, merendar, almorzar, no me gusta el frio, me gusta cenar, no me gusta no soñar,
No hay comentarios:
Publicar un comentario