cada tanto viene y me visita una nenita que dice que es consciente de su nombre, que se mira en un espejo y lo encuentra en el diseño de sus pestañas y en el momento en el que decide sonreirse. quiere ser más rubia, eso sí.
conversamos en silencio y se enoja cuando me fumo un cigarrillo de mentira. tose. pero yo no sé si quiero apagarlo, asique mientras lo pienso me alejo a la ventana, entonces ella se hace un poquitítititito más menudita de lo que es y su enojo es menor aunque sigue igual de enojada. tengo al cielo más cerca y divago y me olvido de que hay algo que no recuerdo que me llevó hasta la ventana y mientras tanto intento retener el humo con los ojos. se escapa y no puedo hacer nada.
creo que ya me perdonó o se olvidó o ella tampoco puede hacer nada