Es importante señalar que diversas investigaciones a nivel internacional revelan que los besos frecuentes y apasionados ayudan a mantenerse en forma. Así lo expuso la Dra. Martine Mourier -de origen francés- en su tesis de doctorado realizada sobre el tema que nos compete, pues concluyó que "cuando el beso es apasionado requiere el trabajo de 29 músculos, genera presión de hasta 12 kilos sobre la pareja y puede elevar la frecuencia cardiaca de 70 a 140 latidos por minuto".
Gracias a este descubrimiento, algunos científicos británicos intentan convencer a aquellas personas que desean adelgazar que prueben la llamada "dieta kiss" (dieta del beso) que, si bien no es régimen alimenticio indicador de qué comer, se considera efectivo método para "quemar" alto porcentaje de calorías placenteramente; sólo es necesario dedicar todos los días espacios prolongados para besar a la pareja.
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